“Conciencia Abya Yala 2012” para los obreros orilleros del litoral
Los miembros de la Junta Abya yala por los Pueblos Libres –JAPL– decidimos por acuerdo unánime entregar a los obreros orilleros e isleros del litoral la distinción Conciencia Abya Yala 2012. Lo hacemos en homenaje al esfuerzo y la solidaridad que los caracteriza; por la identidad que cultivan sin artificios, y por la riqueza humana, la dignidad y la entereza con que enfrentan las adversidades y dan testimonios de lucha, en íntima relación con el ambiente.
El
Premio 2012 es para todos los trabajadores costeros e isleros, y dada la
imposibilidad de nombrar a estas mujeres y estos hombres que dan su vida al
litoral, elegimos a la señora Dominga Ayala para que encabece y reciba
esta distinción, por ser ella una genuina expresión de esa comunidad en
relación con el río, el entorno, con sus costumbres y estrategias
tradicionales. A lo que debe añadirse una solidaridad a toda prueba que la
convierte en emblema.
Rescatamos
de estos vecinos su diaria entrega, que se manifiesta en los platos de nuestras
mesas y en la identidad regional repleta de ejemplos de abnegación, lucha y
alegría.
Minga
Ayala, mujer culta por la hondura de sus conocimientos y autosu-ficiencia,
junto a sus vecinos de Puerto Sánchez y de otros puntos de la cuenca nos
transmite con su testimonio el profundo significado de la cultura, como
síntesis de los pueblos de Abya Yala de todos los tiempos.
Amante
del río y su mundo, Minga conoce como pocos a los habitantes vegetales y
animales que acompañan a la humanidad en la región. Su vida misma, desde una
niñez en la histórica isla Caridad frente a Paysandú hasta las barrancas de la
capital entrerriana, le deparó altos sacrificios y experiencias incomparables,
que la definen como mujer entrerriana notable.
A
sus méritos personales y los de su familia y sus vecinos, se suma que el gran
artista entrerriano Linares Cardozo se inspiró en ella para componer hace más
de medio siglo una de las más bellas canciones universales: la Canción de cuna
costera. Esa amistad con Linares y con Aníbal Sampayo, Polo Martínez, Miguel
Ángel Martínez, Jorge Méndez, Ramón Ayala y tantos poetas y músicos nuestros,
nos muestra un clima, y a ese clima evocamos en este Premio.
Cuidar
los niños de las familias que están en dificultades, hacerse cargo de los
huérfanos, sanar a los mayores y ofrecerles un techo y un plato de comida;
abrir las puertas a las actividades sociales y artísticas, esforzarse, ya
mayor, para aprender a leer y escribir y regalar sus poesías de puño y letra:
he ahí algunos de los méritos propios de Minga Ayala que pintan a las
mujeres del litoral y a toda una comunidad.
Los
centros de poder y las metrópolis pueden insistir con un concepto enrevesado de
cultura, siguiendo la antigua disputa entre “civilización y barbarie” en que
todo lo nuestro queda reducido al campo del menosprecio y la burla. Pero aquí
están los isleros, aquí está el pueblo de las costas cultivando con sus
silencios y sus acciones cotidianas la cultura más honda y duradera que haya
dado nuestra región. Y participando, como lo hacen tantos, de las asambleas en
defensa de la naturaleza y la vida en armonía, que en Abya Yala llamamos el
Vivir Bien, Sumak Kawsay.
Con
nuestros hermanos de las costas podemos volver, pues, a la vida sana, solidaria
y autosuficiente, conformes a la naturaleza, lejos del consumismo; y a los
ritmos y las melodías nacidos del contacto con las riberas.
Cuando
la invasión de estructuras y ruidos ajenos y riegos químicos y políticas
extractivas amenazan nuestro modo de ser en el mundo; cuando las exigencias del
mercado y los apuros del hombre nos empujan a una carrera sin sentido en la que
sólo ganan los que atropellan, la imagen del islero alumbra desde su sencillez
otro estado, otros caminos posibles, y a ellos vamos, entonces, como quien va a
las fuentes.
Nos
debemos este reconocimiento, como un canto también a las generaciones que
vienen, que podrán apreciar la manera en que estos vecinos mantienen una llama
solidaria encendida, en medio de las tormentas capitalistas que pretenden
arrasarlo todo con el mal de la uniformidad.
Saludamos
entonces, en el nombre de Natividad Dominga Ayala, a las mujeres y los hombres
cultos de las orillas que no necesitan un título ni un estrado para darse,
porque enseñan con sus propios testimonios, desde el llano, como lo hacía José
Artigas: en un rancho, y sentado en una cabeza de vaca.
Queremos
aprender de ustedes sobre el remo, la canoa, el pez, el junco, los trinos, las
crecientes; aprender sobre los gurises, los versos, las melodías, el esfuerzo
sin medidas, la solidaridad, la lucha por preservar las especies en una
economía artesanal, sustentable; aprender el profundo significado de la mujer y
el hombre integrados en la naturaleza, no reyes ni propietarios sino
compañeros, y aprender así tantos pequeños grandes gestos de la vida digna.
¡Salud, señora Dominga Ayala! ¡Salud, obreros y artistas
de la costa y de la isla!
Junta
Abya yala por los Pueblos Libres –JAPL-
Pedro
Aguer, Julio Majul, Victor Sartori, Juan
Antonio Vilar, Juan José Rossi, Laureano Andrioli, Luis Lafferriere, Marcelo
Julio Rivero, Marcelo Verzegnassi, Marcos Tonina, María Rosa Facendini, Mario
Alarcón Muñiz, Mario Castaldo, Mario Daniel Villagra, Martha Bader, Martín
Barral, Mercedes Fiorotto, Néstor Ojeda, Oscar Barbosa, Oscar Milocco, Ricardo
Bazán, Ricardo Juárez, Santiago Fiorotto, Santiago García, Sergio Daniel
Verzeñassi, Valentín Bisogni, Abel Schaller, Alberto Dorati, Américo
Schvartzman, Andrés Petric, Ángel Sánchez, Antonio Tardelli, Carlos Natalio
Ceruti, Carlos Weber, César Baudino, Daniel Tirso Fiorotto, Elsa Von Fehleisen,
Emanuel Martínez Garbino, Facundo Gómez, Federico Tálamo, Florencia Gómez,
Gonzalo Milocco, Guido Tonina, Haydée Chaparro, Ignacio González Lowi, Irene
Aguer, Jesuana Aizcorbe, Roberto Lázaro, Jorge Villanova.
Paraná,
Entre Ríos, primavera de 2012